“A través del cerrojo se observa la intimidad donde se expresan las pasiones”.
Tiempo atrás, el cerrojo era asociado a lo prohibido, a lo oculto, a aquello que no está permitido que salga a la luz. Hoy en día, sin culpabilidad alguna, la audiencia puede sentarse cómodamente a espiar, a observar.
You Tube, blogs, reality show, Internet, invitan a navegar explorando anónimamente.
Nos encontramos en una sociedad voyeurista. Ver, espiar, sentir, desear, juzgar.
Cuerpos, situaciones y deseos conjugan en un espacio de lo íntimo, de lo privado.
Los límites se someten a juicio.
Gabriel Quaranta

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Anastacia
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